lunes, 24 de marzo de 2014

Contra la carne rompemos - Grizzly


Despedazar, esa es la palabra. Siempre quiero despedazar, Rugir, morder y gritar. Romper, rasgar, violar, desangrar nuestros cuerpos Desgarrar músculos en gritos desgarradores Y Romper las cuerdas del piano Hasta cortar en dos tu seno Tensar, quiero tensarme, Quebrarnos violentamente Caer a pedazos y correr como sangre Caliente, hirviendo, Espesa y silenciosa, En todo y sobre todo. Estamos muriendo. Aplastar, siempre quiero aplastar Dominar, someter, y luego sonreír. Implorar, Plegarias agudas como agujas, Uñas y cuchillas, espadas, Son sonidos muertos

domingo, 23 de marzo de 2014

Leyenda de Astros Enamorados - Búho


Ella Reina, Él su rey.
No se conocían, sin embargo, esperaban del otro la llegada.
Añoraban el día en que sus miradas se cruzaran.

Sus caminos se enredaron,
Se tensaron,
E incluso se perdieron.

Pero el destino jamás olvida,
Todo preparado tenía para que perfecto fuera.

Ella, luminosa como siempre
Con un rincón oscuro que no lograba despertar.

Él, de luz blanca y serena,
Con ojos claros, como espejos en la negrura,
Opacos por la tristeza de las tribulaciones de la vida.

La diosa Solar no le hallaba sentido a su fulgor
¿De qué sirve iluminar, si nadie aprovecha ese don?

Él, emperador de Luna, ya no creía en la alegría
¿Por qué mostrarse alegre, cuando su alma no lo sentía?

Cuando todo parecía perdido,
Cuando sus corazones esperanza casi no tenían,
El destino –sabio anciano-, se apiadó
Buscó sus hilos y de ellos tiró.

Sus miradas se hicieron una
Ya no existió congoja alguna.

Sol se iluminó,
Luna se alegró.

Comprendieron que la espera su amor intensificó,
y agradecieron al viejo sabio que su historia corrigió.

Incluso sus dones compartieron:
También Luna iluminó,
Y luego Sol se serenó.

Así lograron que su amor fuera más que una pasión.
Hicieron que la vida de uno fuera la existencia del otro,
Ya que se adoraban con fervor.

Entendieron que en la existencia todo tiene solución,
Que nada es por azar y que es bueno que elija el corazón.
De esta forma, Luna a Sol siempre amó
Y Sol a Luna, el resto de su vida iluminó.

Esta es la leyenda de los astros en oposición
Que estando en lejanía

Forjaron el más grande lazo de amor y adoración.

sábado, 22 de marzo de 2014

Trato - Buho

  Es de noche y las calles están vacías. No distingo colores, solo figuras.
  Sé que debo llegar a la calle Sonib n°396.
  Me acerco a un edificio lúgubre y veo el número. Aquí es, pero el asqueroso olor a tabaco inunda mis sentidos y me provoca arcadas. Sin embargo, debo seguir. Tomo aire, abro la puerta y continúo hasta encontrar la habitación indicada. Abro otra puerta y el humo sale en forma de espesa neblina.
  Dos hombres me esperan. Y allí está él, el demonio de mi vida. Estaba esperándome.
  Mi cuerpo no puede avanzar, el miedo se apodera de mí y  me grita que corra. Antes de que pueda escapar, se acerca y me aferra contra él. Su boca busca la mía.
  ¡Oh, no! ¡Por favor, no te acerques así!
  No puedo respirar. Toma un poco de su cigarrillo y abre sus labios en los míos. El tabaco me noquea. El sabor a vodka de su boca me invade ¡No lo quiero dentro de mí!
  Me alejo, aunque sujeta mi muñeca con fuerza. Sé que no estoy cumpliendo mi parte del trato, pero ya no quiero. Respira en mi cuello, logro soltarme y grito: “¡No quiero nada de ti, esto se acabó!”

  Pero sus ojos de fuego centelleante me dicen que no es así. Esto acaba de comenzar.

Día y Noche - Abeja

¿Qué es realmente un eclipse?
¿Las distintas posiciones
que Sol y Luna toman
para del otro esconderse?
Pero sea lunar o solar,
de día o de noche,
medio o total,
entre los astros hay roce,
ese roce romántico entre el satélite
y la gran bola de fuego,
creando todo un universo nuevo
en el beso espacial más bello.




Seas tú mi reina solar,
y yo tu caballero lunar,
vivamos de nuestro amor eclipsado:
mirándonos de todos lados
con nuestros cuerpos completos besados.

Tú delante de mí, yo delante ti,
pero así sea siempre:
en nuestros bellos sueños de noche,
el universo confabula para nuestro encuentro
de miradas bellas de día.

jueves, 13 de febrero de 2014

Travesía - Abeja

   Viajemos.
   Por latinoamérica, las Rocosas y el Ártico. El Índico y los Urales. Por cada rincón de este mundo y el nuestro.
   Bajemos por el ají rojo, desde el desierto a los glaciares. Nademos en los volcanes y revolquémonos en los lagos. En cada orilla pesquemos y de los árboles saquemos nuestro alimento. En los puertos toquemos vals y en las villas rurales cocinemos con tanta especia que el aire se vuelva un sahumerio de aromas y sabores.
   Caminemos hasta La Plata y atravesemos a Camboriú. Rodeemos hacia el Estrecho y corramos hasta el Golfo Azteca. Un poco de magia budú en el Caribe y cazar insectos en la Amazonia. Bebamos jugos de cuanta fruta encontremos y de alcohol y habanos intoxiquémonos. En motocicleta los 50 estados y en trineo el país de la hoja de arce.
   Nademos a Reino Unido y crucemos en ferry el Canal de la Mancha. Con parisinos el vino local y con alemanes la cerveza mundial. Tanto alcohol catalán, marroquí, aragonés, vasco, sevillano, andaluz y valenciano. Escalemos los Apeninos con cajas de pasta y tomates en la espalda; volemos a Escandivania en un macho cabrío siciliano. Días de verano eternos en el polo ártico y el licor ardiente quemando nuestras ansias. Patinemos a la Rusia y dancemos en plena capital. Busquemos el Aleph en pleno tren majestuoso y escribamos tanto libro en plena Siberia.



   Conozcamos la Irem de los Pilares y excavemos hasta ver los hindi. Lleguemos a Vishnú en una carreta tirada por los caballos de Genghis Khan. Desde la Gran Muralla veamos el Sol Naciente y recreemos la Campaña Osaka. En un bote de Bangkok naveguemos hasta el Cabo de Nueva Esperanza y exploremos selvas y desiertos.
   Como el reino de Dios, vaguemos cuarenta años y construyamos una pirámide gigante. Como musulmanes de sangrantes rodillas vayamos al mediterráneo y en Creta matemos un minotauro. E Isla por Isla juguemos con la historia y la mitología.
   Saltemos al ombligo del mundo e investiguemos flora y fauna. Seamos científicos en ese país venenoso y brinquemos como canguros. Tengamos un hijo y llevémoslo en nuestra bolsa marsupial en una balsa polinésica a nuestra casa.
   Y en nuestra cama podremos seguir viajando y basta solo un beso. Iniciemos la exploración corporal y que los aromas de mundos aún por descubrir perfumen la habitación. Miremos nuestros ojos y sumerjámonos en un mar de deseos y pasiones. Tenemos toda una vida y aferrados con las manos surquemos El y Nuestro Universo.
   Es que tomado a tu mano quiero andar a pie por nuestro planeta.
   Es que me basta solo tomar tu mano y así guiarnos por montañas, golfos, mares, desiertos, islas, trenes, viento y danzas.
   Es que me basta solo tomar tu mano para crear todo un Mundo a tu lado.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Sueños - Jirafa

Desnuda me paseo entre tus manos infernales.
Caigo rendida ante tus besos complacientes.
Y llevo tanto tiempo deseándote que con otra mirada te cedo mi alma.
Comienzo a navegar por tu piel infinita, susurrando tu nombre medio dormida, medio despierta.
A través de mis labios, tú, duro ardiente.
Entre mis manos, tú, anhelado.
Ahora soy yo quien te pide no te detengas.
Maldita esta pasión que me hace engañar.
Bendita tu altura que me vuelve diminuta.
Vuelvo a danzar en esta cama que nos esconde del mundo, yendo de allá para acá, teniéndote dentro y fuera.
Vuelves una y otra vez, arremetiendo contra lo que soy.
Regresas para lamer lo que desde hace mucho guardaba para ti.
Mártir de tus palabras seductoras que enardecen mi ser y ufana de deseo, busco una, dos, tres veces, lo que sé en otra parte no encontraré.
Tarde despierto, pletórica de tus caricias.
Así vuelvo cada noche que él no está, para otro preámbulo, otro goce, otro clímax.

martes, 11 de febrero de 2014

Páramo Nocturno - Abeja

   Escribo esto como un testimonio antes de morir. Espero que las autoridades tomen las precauciones y prohiban la entrada a este páramo durante la noche.
   Me encuentro a cincuenta kilómetros de la capital, en un desierto lugar entre las montañas. Los murmuros de los grillos y los aullidos de las bestias dan lugar a este campo desierto de humanos. Una vista hermosa de las estrellas se puede contemplar: todo el plano Astral está a la merced de los ojos; la bóveda celestial se deja ver en su inmensidad; vía láctea y constelaciones dibujan obras maestras en el techo del cielo. Una preciosa luna adorna la cúpula oscura, como una lampara. Lamento no haber traído mi telescopio, no hay nubes que me impidan ver el firmamento. Pero más lamento haberme sentado aquí.
   Hace un rato comenzó a helar. Noto como la escarcha mata la hierba y un soplido lugubre nace de los recovecos de los árboles. Se mueven lentamente, sus ramas son garras que dirigen una sinfonía de vaho tan gélido como la idea misma de la muerte.
   Mientras escribo esto un sonido de cascada llega a mis oídos. Siento como arrastra pesadas figuras que caen con un sonido repugnante, para luego ser devoradas por gusanos espectrales que se se meten en mis oídos y mi cabeza.
   Mi lampara a cuerda titila tenebrosamente, encendiendo y apagando las sombras que se proyectan frente a mí. Un fuerte peso cae sobre mis hombros y logro ver, por el rabillo de mi ojo, una sombra más oscura de lo común. Pisadas sin sonido bajo los pies de la Penumbra viviente, que rompen, bajo un susurro escalofriante, el niveo pasto de aquel cerro.
   En la esquina inferior de esta hoja veo una mano huesuda escalar con malicia, tiñiendo de sangre mis lineas, erizando y produciendo un dolor en mi brazo. Algunos escarabajos suben por mis piernas y tábanos devoran mis órganos. Un graznido tenue me hace estremecer y botar mi lámpara.
   Con mi mano izquierda levanto mi única fuente luz -la luna fue tapada por negras nubes de tormenta- para así divisar la peor imagen que ha pasado por mis ojos: un hombre de gran estatura y enjuto, con una sonrisa malélova y un perturbante smoking adornado con un gran sombrero de copa. Pestañeo por culpa de las polillas que carcomen mis ojos y compruebo que el sujeto ha desaparecido. Otro pestañeo y me doy cuenta que nuestros ojos ahora se encuentran a centímetros: sus pupilas reflejan un violento infierno musicalizado por gritos y lamentos mortuorios.
   Mi luz se apaga y quedo inmerso en una boca de lobo. Mis labios sangran y mi cuerpo es arrastrado colina abajo por una fuerza demoniaca. Algunas piedras azotan mi cuerpo y las estrellas oscilan, el cielo se cierra más aún y el viento se hace fuerte y zumbante.
   Estoy tirado en un claro. La luna se ha despejado y me ilumina con odio. Mi sangre cae sobre esta hoja y solo puedo mover mis dedos. Mis piernas están rotas, mi espalda hecha polvo.
   Una risa profunda proviene de los árboles, de la tierra, de las hojas, de las piedras y dentro de mi mente. Un viscoso temor se hace notar en mis neuronas, los axones son apresados por tentáculos repugnantes y cientos de brazos oscuros jalan mi cordura y pintan de moho las paredes de mi cerebro.
   Logro ver un cartel a veinte metros. Con mi brazo libre repto por las duras y gélidas piedras y con todas mis fuerzas trato de escribir un mensaje. Pero con un estruendo enorme algo cae del cielo. Es el mismo hombre que me miró con curiosidad y en cuclillas se acercó hacia mí con la misma sonrisa de antes:

-¡Buenas noches!

Nota del explorador que encontró esta hoja:
Este texto fue encontrado cercano a un cartel ensangrentado con la siguiente inscripción:
EL DIABLO ESTÁ AQ